02 noviembre 2006

Todos se van, de Wendy Guerra

Nieve. Curioso nombre para una niña que nació y vive en Cuba. Si la travesía de la infancia a la adolescencia no siempre es un camino de rosas, para alguien que siente una intensa soledad, que ve cómo todos los que están a su lado la van abandonando puede llegar a ser un viaje lleno de dificultades. En las tenues y sórdidas orillas de la miseria cubana, Nieve emprenderá su vuelo hacia la pubertad apenas protegida por una barra de labios y un proyecto de falda bien corta.


Es lo que dice la contraportada de la novela que acabo de leer, pero hay mucho más. Hay olores, sonidos y recuerdos; y también un relato que nos mete en un ambiente que no conocimos, algo alejado del tiempo y del espacio en el que nosotros estuvimos allí.

Hay una narración cuyo lenguaje va evolucionando a medida que el diario de la protagonista la acompaña en el tiempo y que acaba en pura poesía y pura introspección desesperada.

Yo sigo devorando, sin prisas pero sin pausas, todo lo que hace referencia a Cuba. Ya os lo dije, algunos viajes me duran mucho.


Reseñas:
periodistadigital.com
El Pais.es Cultura
Cubaliteraria

2 Comments:

Blogger elbé said...

Tomo nota. Me encanta encontrar de vez en cuando tus nuevas perlas también en este blog. Me gusta que no nos dejes olvidar.

9/11/06 00:33  
Blogger elbé said...

Tanto tiempo después, estoy leyendo "Todos se van". ¿Algún día volveremos de Cuba? ¿voveremos a Cuba?

2/9/08 15:32  

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