14 noviembre 2005

Santa Clara - La Habana 04/10/2005

Recuerdo que reservamos la mañana de este día para el auténtico recorrido turístico de Santa Clara que empezó con la visita al Mausoleo del Che Guevara, una extensa área con aparcamientos y una gran explanada presidida por un monumento grandioso dedicado al Ché más revolucionario que, en su interior, alberga una sala donde reposan los restos del Comandante, sus correligionarios cubanos y algunos revolucionarios que cayeron con él en Bolivia.

Es una sala de estilo moderno, donde no falta la llama perpetua y donde se exige y se presta un comportamiento respetuoso, rayano en lo venerable. Parece que un acuerdo entre los gobiernos de Cuba y Bolivia permitieron que, durante un tiempo limitado, el gobierno cubano excavara en la zona donde tuvo lugar el último combate en busca de los restos mortales del Ché y sus compañeros. A punto de finalizar el plazo, y con la ayuda de los lugareños, los encontraron finalmente.

La otra parte del Mausoleo aloja un museo con documentos, armas, pertrechos y efectos personales pertenecientes al Ché y a sus compañeros en la lucha del frente de la sierra de Escambray.

La utilidad de este inmenso lugar es triple. Por una parte, es un destino turístico; por la otra, es visitado continuamente por escolares de todas las edades y finalmente, acoge grandes reuniones de masas para celebrar actos y discursos de contenido político o patriótico.

A continuación visitamos el monumento al Ataque al Tren Blindado, un episodio bélico que permitió la conquista de Santa Clara y el avance definitivo de las tropas del Ché sobre La Habana.

Vimos escolares en el Mausoleo y vemos más aquí. La verdad es que da gusto verlos, tan limpios, tan uniformados, tan formales dentro de su natural carácter revoltoso...

Y otro paseo por el centro de la ciudad para recoger los equipajes ya que regresamos a La Habana. El tour se acaba y tenemos que darnos prisa porque tenemos un tiempo límite para devolver la furgoneta.

Entramos por el túnel que cruza la bahía de La Habana por debajo del Castillo del Morro y la sensación es una mezcla de modernidad e historia, una sensación diferente a la que produce la Habana Vieja y el Malecón. Más auténtica, más viva y más real

Llegamos al Hotel, nuevamente el Hotel El Bosque, y se produce una situación extraña que no he terminado de analizar. Parece como que el viaje ha terminado y cada uno va a su bola. Desaparece el grupo como tal y todos tomamos decisiones personales sobre qué hacer a continuación.

Así que, ante este desbarajuste, yo me uno a Miguel y a Abilio y nos vamos al centro a devolver la furgoneta. Un trámite largo y complicado ya que nos hemos excedido en el tiempo de entrega. Miguel lo solucionó con soltura y los tres nos damos un buen paseo por una zona de La Habana algo más pura que la parte que está entre el Capitolio, el Malecón y la ría.

Comemos una pizza y una cerveza mientras Abilio nos sigue ilustrando sobre Cuba, sus gentes y sus costumbres. Le dejamos marchar en busca de su mujer y seguimos caminando hacia los lugares emblemáticos: La Floridita, la calle Obispo, la plaza de la Catedral, la plaza de Armas y ya anocheciendo la plaza Vieja donde nos reuniremos todos.

Aquí nos deleitará con sus juegos de manos el famoso ilusionista del retrato de Miguel. Cenaremos en el Restaurante que hoy ocupa el edificio de una vieja institución benéfica fundada y mantenida en el siglo XIX por una dama española de alcurnia y donde tocan nuestras amigas del grupo Ventus Habana.

El regreso al hotel nos regalará dos nuevas experiencias. Las fotos nocturnas del Capitolio y la carrera de cocotaxis, algo divertido donde lo haya.

3 Comments:

Blogger elbé said...

Es cierto que se diluyó un poco el grupo. Yo, personalemente, necesitaba ese paseo solitario.
Tengo una foto casi idéntica a la que has puesto. Y me enancta.

Estaba esperando tu día 4 y no me daba cuenta de que estaba en su sitio natural, antes del día 5, creo que necesito una ducha fría, y, si me apuras, un par de hostias.

17/11/05 15:31  
Blogger Arturo said...

¡Qué exagerado eres!

Por cierto, la foto del diluvio es fantástica. Es el encuadre justo para que se note la lluvia.

18/11/05 20:11  
Blogger Miguel Chamorro said...

Jo, este blog lo voy a leer más de una vez, cada vez que quiera soñar con el viaje a Cuba. Me están entrando ganas de salir pa'llá. jajaja.
Abrazos.

23/11/05 11:08  

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