04 noviembre 2005

Trinidad 30/09/2005 - II

Dudo un poco sobre si debo escribir sobre este día o me dolerá y debería seguir descansando.

Estoy convencido de que aquí hubo un fallo técnico en la organización del viaje. Es cierto que la mayoría del grupo está en buena forma física y está habituada a las caminatas o las marchas de montaña. Yo definitivamente no.

Pero allá que nos vamos a Topes de Collantes, en plena sierra de Escambray, llegamos a aquel parque natural y tras levantarnos 6,5 cuc a cada uno (6 euros "del ala") nos vamos decididos hacia el valle, sin darnos cuenta de que las cifras de distancia y desnivel que nos dan, son una verdadera animalada. Vamos, como para no ir.

El camino hacia abajo, es largo y duro, pero se consigue sobrellevar. La pendiente descendente ayuda mucho. No obstante yo llegue abajo derrotado y sin respiración y con la presión de hacer las fotos reglamentarias que para algo habíamos ido. Tropezones, resbalones y caídas están a la orden del día. Maribel me salvó la crisma pues de un traspiés la embestí y me resistió. Gracias, hoy es el primer día del resto de mi vida.

La cascada y el río no son gran cosa fotográficamente hablando, está todo muy desperdigado y no consigo ninguna foto de la que me sienta medianamente satisfecho.

No me baño porque me hubiera ahogado sin ninguna duda, por falta de respiración y de pulso cardiaco.

Pero hay que volver.¡ Dios mío! que penoso. A Maribel se la lleva la mula tras el primer tramo de subida, el peor. Yo que llevo pensando en mi destino desde que venía bajando animo a los que vienen haciendo de coche escoba para que suban a su ritmo. Yo sé que llegaré arriba y llegaré vivo; de lo que no estoy seguro es de si haré noche en la montaña o llegaré antes de que salgan en mi busca los equipos de rescate, la policía y el ejército.

Recuerdo haber pasado mucha sed. Voy transpirando a litros desde la bajada, estoy completamente empapado en sudor. Luego descubriré que el cinturón de cuero que llevo puesto, también se ha empapado y está tiñendo de marrón toda mi ropa, hasta la interior.

Durante la subida bebo toda el agua que encuentro, incluso en el cortado por donde gotea el agua, la recojo con las manos y la bebo con paciencia.

No imagináis la alegría que me dio ver venir a Miguel cuando me faltaba un tercio de subida. Alegría que aumentó cuando sacó de su bolsa una botella de agua y una lata de gaseosa. La botella fue directa a las células, creo que no tocó las paredes del esófago.

Empiezo a subir acompañado y al poco el hombre de la mula aparece para recogerme. ¡Qué lujo!. Miguel me salvó la vida de nuevo porque subí a la mula con tanto ímpetu que me fui por el otro lado.

Antes de llegar al barcito que hay arriba compuse mi figura temeroso de que las cámaras me immortalizasen en situación tan penosa. Lo único bueno del día fue el rato que pasamos rehidratándonos en aquel kiosco hecho de troncos.

La tarde, a pesar del cansancio, nos va a deparar una maravilla: descubrir Trinidad. Me separaré del grupo que se ha parado y he perdido de vista. En la plaza de la iglesia me encontraré con Miguel que también va sólo.

Nos sorprende un chaparrón y tenemos la suerte de refugiarnos en un restaurante donde conocemos a un dúo con el que charlaremos largo y tendido y con el que quedamos para el día siguiente para hacerles las fotos de su próximo "Si Di".

A la carrera volvemos a casa de Ramonita donde nos esperan para la cena. Hoy tampoco saldré por la noche, pero otros lo harán y verán amanecer a cuatro patas.

5 Comments:

Blogger elbé said...

Arturo, no te adelantes que eso fue al día siguiente..., la salida de hoy fue un poco más tranquila, antes de las 3 ya estábamos en la cama...

4/11/05 11:55  
Blogger Arturo said...

Es lo que pasa por ir tan deprisa. Me falla la memoria.

Retiro la última parte.¡Faltaría más!

4/11/05 16:12  
Blogger Arturo said...

Me falla tanto la memoria que no me acuerdo dónde comimos a mediodía, en caso de que lo hiciéramos.

¡Qué día tan aciago...!

4/11/05 18:28  
Blogger elbé said...

Simplemente no comimos. Yo tampoco lo recuerdo al menos. Ten en cuenta que creíamos que era un paseo y pensábamos estar de vuelta pronto. Creo recordar que nos habíamos llevado algunas cosas del desayuno tremendo de casa de Ramonita. Fruta, algún bollo y algún bocadillo. Luego cenamos, simplemente.

4/11/05 19:18  
Blogger elbé said...

uff me está entrando hambre y sed sólo de pensarlo, me voy a beber una cerveza, con unas aceitunas.

4/11/05 19:19  

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